Un burrito culona siempre me hace feliz. Hace mucho tiempo que no tuve un buen burrito. Queso, arroz, alubias negras, pimientos, crema agria y pollo, todo ello envuelto en una sabrosa tortilla de harina. Cada picadura llena mi garganta y se desliza hacia mi vientre y se siente tan bien. En cada masticación, mis papilas gustativas están siendo felices. Sumergirme en el guacamole sólo aumenta la emoción que sienten mis papilas gustativas, haciéndome querer más. En la mitad de mi camino, comienzo a eructarme y frotar mi vientre, que está notablemente sentado sobre mi falda aún más. A estas estas estas, no puedo dejar de comer. Ver mi película me tiene distraído así que sigo morder y masticar, mojar y eructar. Un burrito de casi 2 libras está sentado en mi barriga hinchada y no pude ser más feliz.